Suplementos. PARTE 1

Hay ocasiones en las que un bebé amamantado puede necesitar suplementos. Un suplemento es todo aquel alimento que el bebé no obtiene del pecho por sus propios medios. A veces los suplementos son vistos como un fracaso o una amenaza a la lactancia pero pueden ser realmente imprescindibles. La manera de administrarlos puede condicionar la evolución de esa lactancia. Tampoco se deben indicar a la ligera ni por si acaso, como se hace aún en el medio sanitario por desconocimiento o por la falsa seguridad que otorgan. Suponen una interferencia en el proceso de amamantar y si son de fórmula, conllevarán los riesgos de este tipo de alimentación.

Antes de suplementar

Si cabe la duda de que un bebé necesite algo más que pecho a demanda DEBE SER VALORADO POR PERSONAL SANITARIO ENTRENADO EN LACTANCIA. Hay que asegurarse de que el bebé se encuentre bien, resolver con información y empatía las dudas que tenga la familia en cuanto la alimentación y ver cómo come. Esto último es lo que se llama «observar una toma»: implica valorar el agarre al pecho (tanto lo que se ve como lo que nos cuenta la madre sobre sus sensaciones), la actividad del bebé (si succiona y de qué manera, si se relaja o se mantiene en tensión) y otros muchos detalles.

Empezando así, por el principio, muchas peticiones de suplementos por parte de las familias se resuelven sin necesidad de «dar un biberón». Cuando una familia llama al timbre del control de enfermería suele querer dos cosas: atención y asegurarse de que todo va bien. Es más rápido y fácil llevar un frasquito con fórmula, pero no es lo que necesitan a priori. No se trata de ser las guardianas de los biberones ni de tratar a la madre como si fuese una ignorante que se rinde a la menor. Desde el respeto y el conocimiento se pueden resolver muchas situaciones sin recurrir a suplementar.

Casos frecuentes en los que los suplementos no son necesarios

Es importante conocer el comportamiento normal de un recién nacido o un bebé para no empezar con suplementos por interpretaciones erróneas de lo que hace. No podemos tratar aquí todos los casos, pero ahí van algunos que ocurren con frecuencia:

  • Mi recién nacido pide muy seguido, solo se calma al pecho. Los recién nacidos necesitan alimentarse con mucha frecuencia, ya que toman volúmenes pequeños de alimento y hacen tomas cortas. Están entrenándose para cuando suba la leche y haciendo su pedido personalizado de alimento para el futuro. Si se prende bien (es decir, no te hace daño), cuanta más tomas haga en los primeros días, mejor. Hablamos de un mínimo de 10 tomas en 24 horas y distribuidas de forma irregular. Sí, es realmente agotador, pero si vas mentalizada, lo sobrellevarás mejor.
  • Mi bebé, que pedía con intervalos regulares, de repente quiere pecho sin parar y no parece satisfecho. A estos cambios en el comportamiento se los conoce como «crisis de lactancia o brotes de crecimiento». Encontraréis diversas teorías y edades señaladas como más probables para que sucedan. Según mi experiencia os diré que pueden suceder en cualquier momento y obedecen a que tu criatura necesita más contacto o más alimento, por la razón que sea. Mi interpretación es que ese bebé pide lo que necesita y que la mejor solución es darle pecho todo lo que quiera sin entrar en mayores profundidades. Permitiendo esto, nuestro cuerpo y producción de leche se ajusta a las necesidades del bebé en unos días. Son transitorias aunque siempre se nos hacen largas. Ante la duda de si se trata de otro problema, podemos pesar al bebé, si está ganando peso adecuadamente, podemos seguir así.
  • Mi bebé no duerme seguido por las noches. Los bebés no están programados para eso y esperar que lo hagan es muy inocente por nuestra parte y muy frustrante. En crianza, las expectativas no realistas llevan a promover medidas inútiles y perjudiciales. Dar fórmula a un bebé de pecho que crece y se desarrolla bien, para que duerma por las noches, es una de esas medidas.

¿Con qué suplementar?

La primera opción es usar tu leche extraída, la segunda es usar leche humana de banco y la tercera es usar fórmula adaptada.

Extraer leche es un arte y ya lo trataremos en otra entrada pero te adelanto que el arte es repetición y tiempo.

Los profesionales no suelen respetar este orden, lo que tiene graves consecuencias. Nos ocupamos de alimentar al bebé, que es importante, pero olvidamos proteger la producción de la madre. Si el bebé recibe suplementos pero no son de leche de su madre, el cuerpo de ella no recibirá el mensaje de que hace falta más leche y no podrá producirla.

Un caso extraordinariamente frecuente en Urgencias de Pediatría es este:

Bebé de pocos días que ha perdido mucho peso, viene llorando sin consuelo, orinando muy poco. Madre con el pecho a reventar de leche y los pezones lastimados por un agarre muy superficial.
El manejo habitual es dar un biberón de fórmula a ese bebé y olvidarse de la madre. ¡Ella también necesita atención!
Si la ayudamos a extraerse leche conseguiremos mucho más:
– Aliviar sus molestias y protegerla de una mala evolución a mastitis.
– Mostrarle que su cuerpo funciona y produce alimento para su bebé.
– Obtener la mejor opción de suplemento para su bebé.
– Hacerle ver que valoramos realmente la lactancia materna.
Todo ello refuerza su confianza en su capacidad para atender a su hij@.
Y si además la ayudamos a mejorar el agarre, ya es para estar orgullosos como profesionales.

¿Y si no obtenemos leche materna y el bebé no cumple requisitos para usar leche humana de banco? Entonces usaremos fórmula, pero animaremos a la madre a seguir intentando conseguir leche extraída, y siempre empezaremos por ofrecer eso al bebé, aunque sean unas gotitas. No se trata de examinar a la madre » a ver si tiene leche», si continúa intentándolo, mantendrá activada su función de alimentación y puede conseguirlo en horas o días.

Si es probable que tu bebé pueda necesitar suplementos los primeros días por alguna condición de salud que se conoce antes del parto, puedes extraer calostro antes de que nazca y conservarlo refrigerado o congelado en pequeñas jeringas para usarlo si es necesario.

La extracción prenatal de calostro se realiza manualmente y es segura en las últimas semanas de gestación. Te la puedes plantear si tienes diabetes gestacional, tu bebé viene pequeñito o muy grande o sabes que va a nacer por parto inducido o cesárea. Aprender a sacar leche a mano es muy útil también cuando nace el bebé, es especial para reforzar las tomas de un bebé prematuro, de bajo peso o muy dormilón.

¿Cómo? Métodos de administrar suplementos

A la hora de recomendar un método de suplementación hay que tener tres asuntos fundamentales en cuenta:

  1. ¿Qué volumen de alimento vamos a indicar?
  2. ¿Le parece a la madre aceptable o posible nuestra propuesta?
  3. ¿Cómo reacciona el bebé al ponerlo en práctica?

¿Qué volumen de alimento vamos a indicar?

No tiene sentido, y es una cabronada, con perdón, indicar suplementos de 90 ml por toma con dedo-jeringa, si la madre usa una jeringa de 10 ml. Este ejemplo está basado en hechos reales. Sugiero a cualquiera que recomiende algo así que lo medite antes.

Los primeros días, que los suplementos serán de pequeño volumen, se puede usar una cuchara muy limpia, una jeringa, un vasito o un cuentagotas. Intuitivamente los padres se lo darán muy poco a poco al bebé.

Si el volumen es mayor de 20-30 ml hay que buscar continentes adecuados, para que no sea necesario recargarlos un número absurdo de veces por toma. Eso hace que la madre siempre necesite ayuda de otra persona, lo viva como algo engorroso e insostenible a medio plazo. Es cansarse para nada porque se puede simplificar con un recipiente adecuado al volumen del suplemento.

¿Le parece a la madre aceptable o posible nuestra propuesta?

A mí me parece que el relactador es la mejor forma de suplementar, porque es lo que más se parece a dar solo pecho. Pero si la madre no se apaña o no le gusta, hay que ofrecerle otras alternativas. Esto no es un «ordeno y mando» y ella es la que va a elegir finalmente.

¿Cómo reacciona el bebé al ponerlo en práctica?

De la misma manera, la madre y el profesional de la lactancia tendrán que adaptarse a ese bebé. La alimentación no se puede convertir en una batalla y os anticipo que si es así, siempre saldremos perdiendo. Alimentar en la infancia es un acto de amor, refugio y consuelo. Forzar a los bebés a comer es una falta de respeto y muy mal negocio. Está descrita la anorexia del lactante por comportamientos aversivos frente a la alimentación, por dolor o alimentación forzada. Es una situación muy difícil de sobrellevar y de revertir.

Atentas a si el bebé es capaz o tiene fuerza suficiente para obtener el alimento con el método elegido. Hay algunos biberones con válvula, que se publicitan como «lo más parecido al pecho». Pero los bebés de bajo peso o poca fuerza, no consiguen vaciarlos. Eso puede hacer pensar que el bebé no quiere más y es que no puede sacarlo.

Dime cuándo, cuándo, cuándo…

También os diré que el momento de ofrecer el suplemento puede ser la clave. Los bebés tienen periodos de alerta cortos. Si hacen tomas al pecho poco efectivas y largas, en las que entran en un sueño profundo, pueden rechazar un suplemento necesario. Además eso repercutirá en la producción de leche y en el peso del bebé. Es muy importante observar al bebé que no está creciendo adecuadamente, durante las tomas. Así podremos distinguir cuando succiona lento, profundo y rítmico o cuando simplemente se mantiene enganchado pero apenas transfiere leche. Cuando eso sucede podemos comprimir el pecho o cambiar de lado. Si después de esto ya no se muestra activo para comer al pecho, es el momento de suplementar. Hay que hacerlo antes de que profundice el sueño y pase olímpicamente de tomar nada más.

Vísteme despacio, que tengo prisa… Mejor slow feeding

La velocidad a la que se administran los suplementos es clave para que el bebé siga queriendo mamar. Os revelaré un secreto esencial: los bebés se decantan a la larga por aquello que más flujo les ofrece. Si les damos los suplementos más despacio (en unos 10 minutos, al menos), será más probable que sigan tomando pecho sin frustrarse por comparación.

Os enumero los métodos de suplementación que vamos a tratar en la próxima entrada:

  • Relactador o suplementador «al pecho» (at breast suplementer ABS)
  • Dedo-jeringa o dedo-sonda (fingerfeeding)
  • Alimentación preceptiva con biberón (paced bottle feeding, side lying bottle feeding, método Kassing)
  • Vasito

Y tú ¿has tenido que suplementar? Cuéntame tu experiencia.

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