¿Estás embarazada y planeas amamantar a tu bebé? Sigue leyendo, esto te puede interesar.
Ante todas las dudas que te surgen, hay dos caminos:
- Esperar a ver qué pasa y llegar a la lactancia a improvisar.
- Informarte e ir preparada, para vuestro caso concreto.
El embarazo es un buen momento para aprender sobre lactancia, sin la presión de tener que alimentar a un recién nacido a intervalos cortos con falta de sueño y las hormonas revolucionadas.
Tu experiencia de parto influye en tu lactancia (mucho más de lo que se cree) y también el apoyo que recibas en el hospital que elijas. Por desgracia, la atención no es uniforme y remontar un mal comienzo puede ser complicado.
La clave es la atención personalizada. Tú eres única.
Cada familia es diferente, las clases de preparación al parto suelen incluir formación en lactancia, pero son grupales y personalizar puede ser la clave.
Hace falta tiempo y atención individual para conocer tu caso particular, para que puedas compartir tus creencias, tus dudas o miedos y para ofrecerte la información que pueda interesarte y resultarte útil.
¿A quién le puede interesar una consulta prenatal de lactancia?
La consulta prenatal de lactancia materna es muy útil para adquirir habilidades y conocimientos fundamentales para todas las familias que deseen un buen comienzo y tener éxito en su lactancia.
Está especialmente recomendada si:
- Eres primeriza.
- Padeces diabetes gestacional o eres diabética.
- Tienes pezón plano, invertido o algún problema anatómico del pecho.
- Estás operada del pecho (mamoplastia de aumento, reductora, mastopexia, etc).
- Esperas gemelos (¡o más bebés!)
- Se prevé un parto prematuro o bajo peso del bebé.
- Te han programado una cesárea.
- Tu bebé va a necesitar alguna operación quirúrgica o ingreso en neonatología.
- Tu bebé viene con defectos faciales (como labio leporino o paladar hendido).
- Tu bebé tiene Síndrome de Down.
- Tu bebé tiene una cardiopatía congénita.
- Vas a adoptar un bebé y quieres amamantarlo.
- Tienes alguna enfermedad y te han dicho que no vas a poder amamantar.
- Tomas algún medicamento y te han dicho que no es compatible con la lactancia.
- Has tenido una mala experiencia previa en lactancia.
- Tienes temores o creencias negativas acerca de amamantar.
¿Qué se puede hacer en una consulta prenatal de lactancia?
¡Si falta el bebé!
Es verdad, falta el bebé, pero estás tú, la madre, con todas esas preguntas rondando en tu cabeza.
Hablaremos de lo que te preocupa a ti, de tus expectativas, de lo que te asusta, de tu familia y tus circunstancias. No será una charla enlatada estándar.
Hablaremos de tu embarazo, de dónde planeas dar a luz, del contacto piel con piel.
Te contaré la importancia de un buen agarre al pecho, cómodo, sin dolor, y cómo empezar bien.
Podemos practicar diferentes posiciones que podrás probar cuando nazca el bebé.
Te enseñaré cómo extraer calostro, por si necesitas preparar un pequeño banco o tirar de esta habilidad en los primeros días (por ejemplo si eres diabética o si tu bebé va a nacer antes de tiempo o al principio no se prende al pecho o está adormilado).
Hablaremos de cómo manejar los imprevistos, porque no siempre todo sale como esperamos, pero la realidad se impone. La flexibilidad y la confianza en tu fortaleza pueden marcar la diferencia. La lactancia materna es una carrera de fondo.
¿Cuándo es el mejor momento para una consulta prenatal?
En general, hacia la semana 33.
A partir de la semana 28 si hay riesgo de prematuridad, para que no te pille desprevenida.
Si vas a adoptar y quieres prepararte para amamantar, mediante una inducción de lactancia, lo ideal sería empezar 4-6 meses antes de la llegada prevista de tu hij@.
Mas vale prevenir, que lamentar
Dicen que más vale prevenir, que lamentar… Por desgracia no aplicamos esto a la lactancia materna.
Sabemos que la lactancia es un comportamiento humano, se dice que es instintivo para el bebé y aprendido para la madre. Yo diría que para ambos combina instinto y aprendizaje, pero es cierto que las madres al principio, vamos bastante perdidas porque la mayoría no hemos visto amamantar a otras mujeres, ni de lejos.
Mis amigas matronas me cuentan que en la educación prenatal hay al menos una clase dedicada a la lactancia, pero que las mujeres no suelen prestar mucha atención porque están totalmente focalizadas en el parto.
Vamos a nuestras lactancias a improvisar y aunque a veces todo va sobre ruedas, en otras ocasiones, surgen dificultades. Es entonces cuando nos vemos desvalidas y sin criterio frente a consejos contradictorios. Y la bola de nieve se echa a rodar.
La absurda idea de que cuesta dolor y lágrimas establecer la lactancia y que es cuestión de abnegación y sacrificio, tiene varias desagradables consecuencias. Una de ellas es que desanima de empezar a algunas mujeres, otra es que normaliza ignorar problemas fáciles de resolver en los primeros días pero que si no se afrontan, acarrearán mayores dificultades después.
En nuestro medio, cuando alguien busca ayuda especializada para su lactancia, su situación suele ser ya casi desesperada. En la mayor parte de los casos ha atendido a consejos de familia, amigas, sanitarios, internet y todo perro pichichi que haya querido opinar. Viene medio derrotada, decepcionada, muchas veces con la sensación de que ella, su pecho o su leche, no valen. Como último recurso antes de tirar la toalla. Que no se diga que no lo he intentado todo…
Vienen muy tarde, os diré. No por la lactancia en sí, que siempre hay formas de remontar, si no porque la madre ya ha perdido la fe, la ilusión y un buen trozo de autoestima. Porque eso es mucho más difícil de sanar. Y porque en ese camino ha sufrido mucho ella, la gente que la quiere y muchas veces, su bebé. Y no era necesario. Era evitable. Se podía hacer mejor.
Por eso hoy quiero hablaros de la consulta prenatal de lactancia, para tener un buen comienzo, para saber qué es normal y qué no lo es, para poner remedio cuando se tuerce el camino.
Una consulta prenatal es una cita con un experto en lactancia antes de que nazca el bebé, personalizada para tu caso particular.
Resuelve dudas, aporta información y enseña habilidades que necesitarás cuando llegue el bebé.
Te permite establecer una relación de confianza con una persona de referencia en lactancia, por si necesitas volver a contactar cuando nazca el bebé.
Telemedicina contra el miedo al contagio y la soledad en la maternidad.
En estos tiempos de pandemia, todo contacto con los servicios de salud es más difícil y asusta exponerse.
Hay restricciones en los centros sanitarios, en muchos casos debes asistir sola a las visitas de control del embarazo o no hay clases de preparación al parto.
Aunque tienes todo el derecho a parir acompañada de quien tú elijas, todo se presenta más complicado, los sanitarios que te atienden van protegidos y por consiguiente ocultos tras gafas, mascarillas y pantallas. No ves bien su cara, ni ellos la tuya. Incluso escucharse es un reto.
Se están reportando muchas más dificultades y abandonos de la lactancia materna últimamente, porque toda esta precaución necesaria y el miedo que genera, complica una atención más cálida o cercana.
Las familias solo quieren irse pronto del hospital para no contagiarse y la lactancia requiere calma y atención extra al inicio.
Los talleres de lactancia y los grupos de apoyo a la lactancia presenciales tampoco funcionan en este momento.
Una videoconsulta puede salvar esa distancia que nos impone el coronavirus. Nos veremos las caras, sin miedo, sin mascarilla y tendremos tiempo para hablar con calma de todo lo que te preocupe.